"La información ha sido siempre un arma de poder. Controlar la información es controlar lo que la gente conoce y, por lo tanto, condicionar su visión de la realidad y, con ella, sus acciones"

miércoles, 15 de febrero de 2012

"¿Hasta dónde hay que amputar doctor?" Reflexiones de un joven estudiante

La agenda política del gobierno actual del partido popular como la del anterior gobierno socialista, están conduciendo a la abolición de las conquistas sociales que tanto esfuerzo ha costado a los trabajadores y a la juventud. Y esta abolición se está llevando a cabo con el pretexto de que "hay que apretarse el cinturón".

Posiblemente cuando pasen unas décadas, si los europeos tenemos el valor suficiente para decir “¡basta!”, los libros de texto de nuestras escuelas interpreten este periodo de la historia como “la estafa más grande jamás cometida”.

Y es que, es un hecho innegable, que las políticas que los gobiernos de la Unión Europea están llevando a cabo no conducen a la recuperación económica. Conducen implacablemente a la agravación de las causas que nos condujeron a la entrada en recesión. ¿Por qué hacen lo contrario de lo que tendrían que hacer?

Los inquilinos de la Moncloa y sus titiriteros del FMI, OCDE, UE… tienen el objetivo de proteger los intereses de las grandes empresas y grupos financieros. Estos intereses están en profundo conflicto con los intereses de los ciudadanos europeos, pero aun más con los ciudadanos de todo el mundo, ya que estamos hablando de empresas transnacionales que operan en todos los rincones del globo.

Resulta que durante décadas, los países europeos y empresas transnacionales bajo el beneplácito de la comisión europea han mantenido una política de alto endeudamiento con bancos alemanes, franceses y británicos fundamentalmente que les llevaron a depender de ellos en alta medida. Ahora, llegado el momento, estos bancos y grupos financieros deciden unilateralmente terminar esa relación crediticia y además hacer uso de su tremendo poder como únicos ofertantes de crédito para estos países que, además de hacerse cargo de su deuda tienen que avalar y, por tanto, responder por la deuda de muchas empresas privadas.

Al hacer esto, un banco da un golpe de estado de facto en un país, porque se hace automáticamente con el control de las cuentas, siempre y cuando el gobierno de turno no ponga objeciones. Bien, pues esto es lo que los voceros del capitalismo llaman “mercados”. Y esto se ha convertido en un eufemismo que trata de suavizar la situación de esclavitud que sufren los estados europeos. Cualquier aspecto de nuestra economía o política del gobierno es monitorizado por los “mercados”, y si algo no es de su agrado se desata la tempestad y empieza el chantaje. Estas instituciones financieras utilizan a la vez unos instrumentos llamados “agencias de calificación” que cumplen al pie de la letra con el perfil de organización terrorista. Estas obtienen toda su financiación de los bancos y cada año ven como aumentan sus beneficios millonarios a costa de jugar con la economía.

Desde mayo de 2010 que se hizo efectivo este “golpe de timón” con la llamada de Obama a las tantas de la madrugada a la Moncloa. Estos terroristas financieros  tienen el poder político en nuestro país, y su objetivo a corto plazo es convertir nuestro país en una atractiva inversión para el capital extranjero, es decir, otro coto privado más donde poder meter su dinero y multiplicarlo. ¿A costa de quien? Obviamente para que alguien gane mucho dinero otros tienen que perderlo, las reglas de este juego así lo dicen. Nadie nos pregunto si queríamos jugar, sin embargo estamos dentro, y perder la partida significa quedarse fuera para siempre.

Esto se traduce en un ingente trasvase de rentas, desde los ciudadanos a las grandes empresas. Esto es real, nadie puede afirmar que el dinero ha desaparecido, es un hecho que existe, pero no lo tenemos los ciudadanos. Se ha ido, y solo hay que mirar arriba en los estratos de la sociedad para ver dónde.

Hacer un país más competitivo significa que sus trabajadores percibirán menos remuneración por su trabajo, es tan simple como eso. Y como quieren empobrecer a la clase trabajadora, saben que tienen que reducir el gasto del estado en partidas sociales, porque este no tendrá menos que ingresar ya que el consumo se reducirá.

Por ello, “apretarse el cinturón” porque “no hay dinero” es “la estafa más grande jamás cometida”. Mientras nosotros permanezcamos aletargados en nuestros sillones presenciando el atraco, ellos seguirán repitiendo que “no hay dinero”. Pero el dinero seguirá fluyendo a los bancos porque ellos son los que tienen el poder, no lo olvidéis.

Para salir de esta situación la única salida justa es repetir el proceso de transvase en sentido contrario. Es decir, rechazar la deuda y nacionalizar la banca.