"La información ha sido siempre un arma de poder. Controlar la información es controlar lo que la gente conoce y, por lo tanto, condicionar su visión de la realidad y, con ella, sus acciones"

domingo, 13 de noviembre de 2011

Excelente artículo Javier Parra (Director de LaRepublica y concejal de EU en Paterna)

¿Reformistas o Revolucionarios?

Javier Parra


Artículo original

Nos encontramos en medio de una campaña, la de las elecciones del domingo que viene, que se produce en un tiempo en el que asistimos a un verdadero cambio de régimen. Un régimen que tuvo su inicio el 20 de Noviembre de 1975 con la muerte de Franco y que tendrá su epilogo a partir del 20 de Noviembre de 2011. 36 años duró el Franquismo y 36 habrá durado el régimen que ahora agoniza.

Agoniza mientras el sistema económico se desmorona y mientras el sistema político se tambalea. Un sistema económico que está mostrando su verdadero rostro, un rostro feroz y antidemocratico que sin ir mas lejos esta misma semana ha dado dos golpes de estado en Europa, derribando a dos presidentes, Papandreu y Berlusconi e imponiendo a dos tecnocratas. Y un sistema político que se ha divorciado definitivamente de los ciudadanos y ha hecho que estos se hayan ganado el derecho a pensar que todos los políticos son iguales, al menos hasta que cada uno demuestre lo contrario.

Nosotros sabemos que no somos iguales, pero eso da igual. Es indiferente lo que creamos a los ojos del pueblo.
Un pueblo al que creíamos dormido y que en mayo de este año protagonizó un movimiento social y político que sorprendió a muchos y quitó la razón a quienes pensaban que el conformismo se había apoderado para siempre de nuestro país.
Sin embargo, el 15M no es una solución, sino un síntoma. Un síntoma que demuestra tres cosas:

-Que la ruptura entre gobernantes y gobernados es total.
-Que nuestro Programa no era un programa caduco y obsoleto como nos decían.
-Y que aunque acertábamos en las propuestas, habíamos fallado totalmente en la estrategia para la movilización social.

Sin embargo, a pesar de todo hemos sabido adaptar la estrategia sin movernos de nuestros principios, acercando a nuestro lado a nuestro lado a muchos jóvenes que despertaron políticamente con el 15M, y con la tranquilidad de poder decir y sin vacilación que somos la única fuerza enfrentada realmente al sistema, incómoda para el sistema y a batir por el sistema.
El próximo 20 de Noviembre se celebraran elecciones generales. Unas elecciones que ya podemos decir que serán en cierto modo fraudulentas, porque para empezar nuestras papeletas valdrán mucho menos de las papeletas de PP,PSOE,PNV, CIU o Esquerra Republicana.

Por eso, sea cual sea el resultado que obtengamos, que será muy bueno sin duda, tenemos que relativizarlo. Y tenemos que relativizarlo porque en condiciones justas y con la que esta cayendo deberíamos obtener al menos 30 o 40 diputados. Pero no existen esas condiciones justas.

A nosotros no nos gusta este sistema, pero no queremos reformarlo, queremos cambiarlo de arriba a abajo. Queremos revolucuonarlo. Por eso, aunque no reneguemos de las instituciones, consideramos que en este momento no están siendo ni representativas, ni participativas, y para colmo ni siquiera gobiernan. Estamos en las instituciones para subvertirlas, para quitarse las de las manos a los mercados y ponerlas en las manos de los ciudadanos.

Pero no estamos ni queremos estar en las instituciones para instituconalizarlas. Por eso nuestra agenda no pueden marcarlas ni las instituciones, ni los mercados, ni las elecciones.

Nosotros no somos ni como el PP, ni como el PSOE, ni como Compromis. El día que juguemos a lo mismo estaremos firmando nuestra sentencia de muerte como proyecto político. La demostración la tenemos n que cuando nos hemos institucionalizado hemos estado a punto de desaparecer, y hemos desaparecido de algunos sitios.

Nuestras campañas tampoco pueden durar 15 días, ni un mes, ni un año. Nuestra campaña debe ser el trabajo constante, el ejemplo contínuo, y ser capaces de asumir las tareas mas complicadas en las condiciones mas duras, y llevarlas a cabo mejor que nadie. Solo eso nos convertirá de nuevo en vanguardia. Ningún carnet garantiza ser vanguardia, ningunas siglas, ninguna bandera. Sólo saber actuar aquí y ahora nos situara en esa vanguardia. Pero además eso será lo que nos ayudara a reconstruir la poderosa organización que un día tuvimos.

Y decía que nadie puede marcarnos la agenda porque nuestra tarea principal debe ser, como lo ha sido en los momentos mas decisivos de nuestra historia, la de la construcción de un contrapoder frente al poder efectivo actual.
En la medida que mas capaces seamos de construir ese contrapoder, mas capaces seremos de representar a los trabajadores y a las clases populares, y de ser una herramienta útil a su servicio para la defensa y la conquista de sus derechos.
Los tiempos que vivimos exigen que cada uno de nosotros se pregunte a si mismo: ¿Somos reformistas o revolucionarios?
Si creemos que somos reformistas el camino es sencillo. Solo hay que jugar con las cartas que nos den y en un juego en el que algunos tienen las cartas marcadas. Estaremos en la institución, podremos seguir haciendo política, pero debemos saber que nunca vamos a cambiar nada.

Y a las pruebas me remito:

¿Cuantas conquistas hemos hecho en los últimos 30 años? ¿Cuantos derechos laborales hemos conquistado? ¿cuantos hemos conseguido defender? ¿conseguimos evitar entrar en la OTAN? ¿conseguimos parar el euro? ¿conseguimos frenar la Directiva Bolkestein? ¿conseguimos frenar la reforma constitucional?

La respuesta a todas estas preguntas ya la sabeis.

Pero, ¿y si decidimos que somos Revolucionarios? Entonces el camino es más complicado, pero sí que podremos cambiar las cosas. Y podremos porque ser Revolucionario no es abandonar las Instituciones, no. Incluso los revolucionarios rusos estaban en ellas. Como lo estaba Allende, Chávez, Evo… Ser Revolucionario, más allá de proclamas y simbología, es ser capaces de dar el poder al pueblo. Bien a través de la democratización máxima de las instituciones y su empoderamiento frente al capital y a los mercados; o bien a través de la constitución de un Poder Popular tan fuerte que llegue el día en que éste sea capaz de tomar en sus manos el poder real, el mismo gobierno.

Pero, ¿cómo conseguimos esto?

Dejando de estar a la defensiva y pasando a una ofensiva sin cuartel. Ni más, ni menos. Os hago una pregunta. ¿Cuanta gente conoceis que hace 10, 20, 30 años era de izquierdas y hoy vota al Partido Popular? Estoy seguro que cada uno de nosotros a unos cuantos. Pues multiplicad y generalizad el resultado en toda España. ¿Por qué ha pasado eso? Porque nos han ganado la batalla dialéctica, la ideológica y la cultural.

Mirad, nosotros sabemos que somos de Izquierdas, lo tenemos claro, porque tenemos claro el concepto de lo que es y debe ser la izquierda. Pero alguna vez os habeis preguntado el daño intelectual que ha hecho al obrero medio creer que la izquierda es el PSOE? Muchísimo. Sólo hay que ver cuantos obreros ven Intereconomía.

Por supuesto que tenemos que luchar por ganarnos la confianza de la izquierda desencantada con el PSOE. Pero tenemos que ser valientes e ir mucho más allá. Tenemos que ir donde más le duele a la derecha. Tenemos que llegar y hacer que nos escuche el trabajador medio, el obrero que hoy vota PP y que ni siquiera tiene un concepto claro de lo que es la izquierda y la derecha.
Tenemos que recuperar el discurso de clase. Y tenemos que recuperarlo porque estamos aquí y existimos para defender a los trabajadores de izquierdas, pero también a los de derechas, frente a los banqueros y a los explotadores de derechas, pero también frente a los de izquierdas.

Y sólo así podemos empezar a recuperar lo que hemos ido perdiendo a lo largo de estos años. Sólo así conseguiremos volver a ganar batallas, y sólo así podremos despojar de su poder a la derecha política, económica y cultural. El 20 de Noviembre vamos a cosechar un buen resultado. Estoy seguro. Y lo vamos a cosechar porque hemos sembrado. Pero la próxima cosecha será mucho mejor. Aunque la cosecha más deseada, aquella por la que lucharon nuestros padres, nuestros abuelos e incluso nuestros bisabuelos… esa sólo la recogeremos si hacemos una buena siembra, y la estamos haciendo. En estos tiempos tan dificiles no podía haber mejor lema de campaña: ¡REBELATE!

Lo que pedimos al pueblo es que se rebele. Que se rebele contra el actual estado de cosas. Que se rebele contra la crisis. Que se rebele contra sus culpables. Que se rebele contra los banqueros. Que se rebele contra el FMI. Que se rebele contra los dictadores de Bruselas. Que se rebele contra los políticos al servicio de los mercados. Que se rebele contra los mercados. Que se rebele contra el bipartidismo. Que se rebele contra el capitalismo. Que se rebele contra la Monarquía.
Por eso, Rebelarse el 20 de Noviembre es pegarle al sistema donde más le duele. Votando a Izquierda Unida.
Salud, República y Adelante,

¡A paso de vencedores!

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