Hoy, ya han pasado más de tres meses desde el inicio de las revueltas en los
países árabes y del norte de África. Por ello podemos empezar a extraer
conclusiones y analizar con menos dificultad los sucesos, así como comprender
el camino que ha tomado esta mal llamada "primavera árabe".
Empecemos por Túnez, donde ya se cumplen más de tres meses desde que Ben Ali
dejara el poder, para ser posteriormente sustituido por sus compañeros de
gobierno que a día de hoy aun permanecen en el poder. Parece ser que las masivas
movilizaciones populares no consiguieron cambiar nada en esencia del régimen
tunecino, y la prueba es que a día de hoy cantidad de tunecinos huyen de su
país a Italia para entrar en Europa con la esperanza en vano de encontrar una
oportunidad. ¿Fueron en vano las protestas? Por supuesto que no, pero estas se
estrellaron contra el muro de la discordancia. Las protestas no solo eran
“antibenali”, fundamentalmente eran “antiregimen”, incluido la condición
“postcolonial” a la que estaba sometido Túnez.
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Manifestante tunecino |
Pero, una vez Ben Ali dejo el
poder y se exilio con abundantes riquezas dejo tras de si, un pueblo
desorientado y al mismo tiempo se desato la euforia, aun sabiendo que la caída
del dictador no condenaba al régimen, sino que lo hacia mas fuerte. Por otra parte
la población se dividió entre partidarios de eliminar por completo el régimen y
los que piensan que había que dejar trabajar al “gobierno de transición”, que
fundamentalmente conserva la misma naturaleza corrupta. Porque es sabido que
los que de verdad gobiernan, nunca se dejan ver. Ese es el problema de todos
los países, y es más evidente en los gobiernos que resultaron de la
“descolonización”, es decir, que en el poder existe una clase gobernante muy
entrelazada con las potencias occidentales, que dispone de muchos mecanismos
para repeler las protestas. Uno de esos mecanismos es el “cambio de cara”, y el
siguiente la represión política. En realidad el factor fundamental que
determina el triunfo de una revuelta y el cambio satisfactorio de gobierno y de
clase gobernante es la existencia de un partido político marxista que mediante
la acción de masas pueda identificar el enemigo y dirigir esa “ira” contra el,
y de esa forma remover a la clase dominante aliada con el imperialismo.
Las masas por si solas difícilmente pueden derrocar un régimen entero,
porque no disponen de una dirección revolucionaria que promueva la toma del
poder. Las masas por si mismas tienden a delegar en otros las tareas que les
corresponden a si mismas de forma legítima. Un cambio de régimen no puede
hacerlo un “gobierno de transición” formado en gran parte por el régimen a
sustituir. Es una cuestión lógica, pero parece ser que esta lógica escapa a las
masas exaltadas. La revolución no es solo salir a la calle, agitar banderas y
gritar consignas antigubernamentales. Se necesita un análisis frío de la
situación política del país. Y lo fundamental es la toma del poder, porque esa
es la esencia de la revolución social. El cambio real debe estar en manos del
pueblo y no en manos de los funcionarios de Ben Ali.
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Manifestaciones en Egipto. |
En lo que respecta a Egipto es más de lo mismo, las revueltas se iniciaron
de forma espontánea con un objetivo implacable: la salida de Mubarak. Aunque
muchísimas consignas no solo iban dirigidas a Mubarak, se escucharon voces en
contra de Estados Unidos y el Partido Democrático Nacional, partido del
gobierno. A pesar de estos pequeños detalles, el blanco de las protestas sin
duda era Mubarak. Como si el fuera la única fuente de problemas que tiene
Egipto. El tiempo ha demostrado que no. Si Mubarak “resistió” mas en el poder
fue porque así se lo ordeno la cúpula militar que siempre ha dirigido el país.
Necesitaban preparar el escenario para poder ahogar la revuelta en el júbilo y
en el desajuste popular. El gobierno hábilmente ataco a los puntos más débiles
de la unidad popular egipcia. Semanas después de que Mubarak fuera apartado del
poder, por la cúpula militar y en su lugar colocara a Omar Suleiman, se
sucedieron una serie de atentados y sucesos extraños contra objetivos religiosos,
ya sean cristianos, musulmanes o judíos. Los medios oficialistas atribuían
estos atentados a “grupos integristas” en su mayoría. El pueblo egipcio
contesto estos sucesos demostrando su determinación con masivas manifestaciones
a favor de la unidad popular, en estas manifestaciones participaron sectores de
todas las religiones. Fuera como fuese, estos atentados beneficiaron al
gobierno de Suleiman, que posteriormente volvería a distraer la atención de las
masas convocando un referéndum que daría una vez más falsas esperanzas a una
parte de la población que no puede mantener el pulso con el gobierno y el
ejercito, de forma que poco a poco, la revuelta fue conducida a un laberinto
como en Túnez.
Se puede extraer la misma conclusión que en Túnez, la ausencia de
un partido marxista que señale a la cúpula militar dependiente de Estados
Unidos como objetivo y promueva la toma del poder.
En países como en Yemen la clase dirigente ha optado por la peor opción, que
es la represión a sangre y fuego, con la ayuda de los sectores tribales más
reaccionarios. Las protestas están en un punto muerto. Además de que, como
siempre es patente la ausencia de una organización de clase, que promueva la
toma del poder. Por tanto el carácter de las protestas es “antitirano”, de forma
que no representan un problema real para la clase reinante de Yemen.
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Revueltas en Bahrein, mas tarde serian
omitidas por los medios de comunicación |
En Bahrein ocurre algo bastante interesante, que obviamente los medios
censuran sin pestañear. Las protestas están siendo reprimidas, pero en este
caso la represión es ejecutada por fuerzas extranjeras, compuestas, en su
mayoría, por tropas y vehículos saudíes. El apagón informativo es brutal. Se
desconoce el alcance en cifras de esta brutal represión, pero se sabe la
conveniencia de Estados Unidos y de los regimenes regionales, que justifican
esta violación de la integridad nacional según dicen por un acuerdo llamado el
Consejo de Cooperación del Golfo, que según parece justifica la injerencia
extranjera en los procesos políticos de los países miembros. En pocas palabras
es un acuerdo entre las respectivas clases dirigentes para apoyarse en momentos
críticos y reprimir a la disidencia. Estados Unidos se lava las manos en esta
masacre por conveniencia. Porque este diminuto país es un enclave estratégico,
y una plataforma de gran importancia en los futuros choques con Irán. Por tanto
lo único que cabe esperar es que poco a poco la situación en Bahrein se volverá
insostenible para el gobierno, que necesitara de la ayuda extranjera para
sofocar las aspiraciones políticas de su pueblo.
En el norte de África también otros estados corruptos aliados con el
imperialismo, como Argelia o Marruecos, fueron testigos de protestas, aunque en
esos estados, históricamente la oposición siempre ha estado muy reprimida. Con
una policía que se la podría calificar de paramilitar y el apagón informativo,
removieron rápidamente a los “alborotadores” y acabaron de forma oficial con
cualquier protesta.
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Opositores libios delante de las camaras |
Mientras en Libia, los medios nos quieren hacer pensar que es otro capitulo
más de la “primavera árabe”, sin embargo no es más que otro capitulo más del
imperialismo occidental y la política colonialista de Europa. Que ven en los
sucesos de los países limítrofes de Libia el contexto perfecto para generar
inestabilidad donde no la había previamente. Una oportunidad para quitar de en
medio un gobierno que no beneficia sus intereses económicos y estratégicos. Durante
las revueltas en Túnez y Egipto, parece ser que los gobiernos occidentales
dieron recursos y cobertura mediática a la conocida oposición de Bengasi,
heredera de la monarquía en Libia, que fue apartada por Gadafi. A diferencia de
los regimenes de Túnez y Egipto, el gobierno libio no facilita el trabajo de
las multinacionales, ni del imperialismo en el norte de África. Y de la misma
forma, la oposición Libia si quiere estar sometida a las injerencias de Europa
y Estados Unidos. Como es natural esa oposición ha sobrevivido hasta día de
hoy, y con ayuda de los medios de comunicación se ha conseguido que gran parte
de la opinión pública crea que estos promonárquicos son demócratas. Las
revueltas se iniciaron sin apoyo popular alguno, y siempre de forma violenta,
de forma que el gobierno libio contesto con violencia. Esto ha sido manipulado
por los medios, haciendo creer a la población que Gadafi era un dictador, cuando
este no ostenta cargo ejecutivo, y que el ejército estaba masacrando a la
población (…). Todos los gobiernos occidentales se unieron para intervenir
militarmente en Libia, a través de una ambigua resolución de la ONU que permitía “los medios
necesarios” para defender a la población de “supuestos ataques”. Y digo
supuestos porque la ONU
envío observadores independientes para analizar esa represión y elaborar un
informe que luego no se leyó durante la votación de la resolución, como
denuncio el representante indio.
Por ello, es más que patente que la violencia
en Libia ha sido orquestada y llevada a cabo por el imperialismo. De forma
oportunista, con toda la prepotencia de las potencias europeas que, después de
delegar en Estados Unidos el militarismo, sienten necesidad de volver a
demostrar al mundo, su poderío militar creciente y que hasta ahora Estados
Unidos había eclipsado. Pero resulta que estos “rebeldes” de Libia, no cuentan
con el apoyo popular necesario para desmontar el gobierno vigente en Libia. De
forma que el objetivo de “sacar a Gadafi” solo sucederá en el supuesto de una
intervención terrestre por parte de la OTAN. Pero naturalmente esto seria la invasión
mas incomoda y la mas complicada que esta realizaría.
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Grupo de manifestantes en Siria |
Por último tenemos las protestas en Siria. Este régimen es claramente
opresivo. No obstante tenemos que analizar de que país estamos hablando, cual
es su pasado, su posición geográfica, su posición frente al imperialismo, etc.
Primero, Siria es un país situado en una zona estratégica importante,
fundamentalmente por el paso de multitud de oleoductos y gaseoductos, esto ya
de por si supone un grano en el culo para Europa, Estados Unidos y sus aliados.
Luego, aparte de esto es un estado hostil a Israel, y además esta alineado con
Irán en lo que respecta a conveniencia territorial. La clase dirigente de este
país se opone a la intervención de Estados Unidos en la región, económica,
política o militarmente. El régimen esta asociado al partido panarabista Baaz.
Este partido es, por así decirlo, Satanás desde el punto de vista de Estados
Unidos. Básicamente porque representa la oposición mas implacable que tiene el
imperialismo en la región. Este partido también tuvo en Irak una gran acogida.
Sadam Hussein fue el presidente del partido homologo al de Siria. Después de la
invasión de Irak en 2003 fue ilegalizado. A pesar de la corta amistad que tuvo
la familia Bush con este dirigente, fue puro oportunismo y conveniencia por
ambas partes. Ahora ya sabemos que no fueron muy buenos amigos.
Por lo que sabemos de las protestas, no hay ningún partido detrás, por ahora
el objetivo de las protestas es “derrocar al dictador”. Por tanto el régimen
tiene carta blanca, pero las potencias occidentales están muy pendientes de
cómo pueden aprovechar la situación. En respuesta a las últimas cifras de
muertos, por parte de la represión (30 muertos), a pesar de ser una cifra minúscula
en comparación con la represión en los países aliados de occidente, las
potencias europeas y Estados Unidos ya están moviendo los hilos para intentar que
la ONU vomite una
resolución que les permita intervenir de alguna forma en el país mediterráneo. Por
el momento, yo al menos no puedo posicionarme a favor ni del régimen ni de la
oposición, porque básicamente desconozco que programa tienen y cual es su posición
frente al imperialismo. Además las revueltas son muy focalizadas, lo que hace
pensar en una posible acción de los gobiernos occidentales, aunque es una
simple especulación, sabiendo el interés patente.
De todas formas, lo que si puedo afirmar es que la actuación de los
gobiernos occidentales es como la de un niño cuando rompe un jarrón y es
descubierto en el acto. Primero miente, luego intenta arreglarlo y pero lo
rompe mas, y mas tarde se enfada. Los medios de comunicación han hecho una
cobertura pésima y politizada. Una prueba de la mala cobertura y la completa
sumisión es que el director de
Al-Yazira en Beirut, Gasan Ben Yeddo,
presento su dimisión alegando que la cobertura ha sido “parcial” de las
revoluciones del mundo árabe por parte del canal satélite con sede en Qatar y
esta siempre ha sido en función de intereses políticos y no del principio periodístico,
además esta cadena apenas menciono el derramamiento de sangre en Bahrein. Cosa
que disgusta a los que conocen lo que sucede y no comprenden porque se debe
omitir, como es natural.
Esta es la verdad sobre la “primavera árabe”.
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