Extraido del blog: http://espaciorojo.blogspot.com/
Desde la Juventud Comunista de Zamora reconocemos lo que de progresivo
tiene este movimiento que de forma sorprendente ha conseguido llenar las
calles de gentes que parecen estar hartas de ser los depositarios de
una herencia futura repleta de desastres sociales.
A
pesar de su apariencia novedosa, por haberse vertebrado desde las redes
sociales, la problemática que plantea el movimiento 15- M es bastante
antigua. Los comunistas debemos apoyar este movimiento de masas, pero
ello no nos exime de poner sus contradicciones al descubierto, al
contrario, nuestra posición ideológica y política respecto al resto de
nuestra clase, nos obliga a plantear estas contradicciones ante el ala
más consecuente de este movimiento, ante el sector que aunque no de
forma clara, representa los intereses de la juventud proletaria en el
interior de este movimiento de masas.
El denominado movimiento
del 15-M es víctima de su tiempo. Un tiempo en que el embate histórico
del revisionismo, de la praxis equivocada, de la mala comprensión y la
perversión de la ideología proletaria ha colocado a las masas en
posición de defensa frente a cualquier sistema de ideas que no disocie
al pensamiento individual del sujeto colectivo. La Hegemonía,
entendida cómo superestructura ideológica del sistema asienta sus
pilares sobre el proceso de la construcción de la conciencia desde la
individualidad, como negación de lo social, demostrando así la tendencia
histórica de todas las ideologías que no plantean la transformación
radical de “lo que llamamos sociedad” a ser convergentes con el Capital.
Actualmente
la posición mayoritaria de todos los que integran el movimiento parte
desde el axioma de que el individuo es algo separado de lo que cómo
parte integrante le pertenece de un modo natural, convirtiéndose así en
la más acabada representación de la tendencia radical del pensamiento
pequeño burgués, del “yo”, en un sentido absoluto como afirmación de la
esencia de éste. Pero lejos de lo que la mayoría de las gentes que
engrosan este movimiento piensan, sus ideas no son suyas porque son el resultado de un proceso histórico, de la lucha de clases.
Las ideas dominantes que sobrevuelan el cielo del 15-M son el resultado
de la derrota histórica del proletariado, de la agonía política en la
que hoy se encuentra el movimiento obrero. La utilización de conceptos aclasistas como “ciudadano”
(del que ellos no forman parte dado que no son depositarios de ninguno
de los derechos que por ser tales le son otorgados, dado que de ser así
si no estarían dentro del movimiento) denota por un lado que como
definía uno de los manifiestos aprobados en la asamblea de la Puerta del
Sol, “no importa la ideología que tengamos, ni tampoco la clase social a
la que pertenezcamos”, cuando precisamente las masas que integran
principalmente este movimiento son obreros desempleados o jóvenes
estudiantes con brillantes curriculums
en proceso de proletarización, que servirán para aumentar el valor
añadido a la plusvalía extraída. Se podría hablar de un movimiento,
aunque no es obviamente una excepción en los tiempos que corren, que
hace gala de su alienación, que hace colocarse a las masas en un
ficticio status ciudadano consignatario de los supuestos derechos que la
democracia burguesa le otorga.
A pesar del “y sin embargo se mueve”
lo cierto es que sin la herramienta adecuada nunca el trozo de hierro
que es aún este movimiento, por muy buena voluntad que tenga, podrá
tomar forma.
Y decimos “buena voluntad” porque en efecto la hay.
Lejos de las teorías conspiranóicas patrocinadas por los mass media, por
la extrema derecha, por el gobierno o por muchos de los que se
proclaman anticapitalistas, los que participamos en este movimiento
observamos que en él entran en colusión, aunque de forma poco clara, dos
líneas políticas antagónicas: una tendente a reformar la democracia
burguesa, otra destinada a forjar una democracia para las clases
productoras en confrontación con las instituciones existentes, que tan
solo sirven a la burguesía, a la burocracia estatal o la aristocracia
obrera. Reproducir lo viejo o construir lo nuevo, apuntalar los
intereses del gran capital o socavarlos cimentando una nueva sociedad.
En definitiva, burgueses y proletarios. La lucha de clases reflejada en
un movimiento que aunque quiera escapar del devenir histórico de la
sociedad de clases, no puede hacerlo.
Y aquí es donde entra en
juego el movimiento obrero revolucionario, aquí es donde se demuestra el
papel de vanguardia del movimiento comunista. Masas descontentas, aún
no encuadradas por el Estado que destacan de entre ellas a sus
agitadores, a sus organizadores… que abren la brecha para dotar al
movimiento de ideología proletaria y fijarle objetivos democráticos
consecuentes. Masas y vanguardia práctica de éste movimiento que carecen
de ideología revolucionaria pero que ante un discurso antagónico
respecto del dominante no dudan en señalar a lo que entienden como su
vanguardia, la cual está obligada a no mirar a otro lado, sino a caminar
de frente para realizar su labor de elevar ideológicamente a las masas
sin partido ante las cuales muchos de los pregoneros del
resistencialismo y el sindicalismo se han visto desbordados,
palideciendo ante las masas henchidas de rabia en las calles y
refugiándose ante su perenne discurso de predicar que se va a hacer para
luego, en los momentos de verdad no hacer nada, salvo pedir el voto a
quienes se han hartado de votar.
No pecamos de optimismo ante el
15-M, conocemos de sus limitaciones pequeñoburguesas en cuanto a
ideología, política y organización. Limitaciones lógicas de un
movimiento espontáneo que no surge desde lo consciente sino desde el
desengaño que provoca ante las masas la paz imperialista en tiempos de
crisis. Pero no por ello vamos a renunciar a estar con las masas, sino
que debemos intentar dotarlas de conciencia revolucionaria pues es solo a
través de ella, conformada como núcleo de unidad y acción, como se
puede derrocar el orden social vigente organizando a las masas para que
ejerzan su democracia, para que experimenten su dictadura de clase y
comprendan que la democracia no es un
abstracto interclasista, sino un instrumento de imposición de los
intereses de las clases sociales: o bien de la burguesía o bien del
proletariado.
Juventud Comunista de Zamora,
Junio de 2011
Ciro:
ResponderEliminarBueno el post, sobre todo porque reconoce lo positivo del movimiento. Pero...
No se los puede culpar, todos vivimos en una sociedad capitalista, no comunista, por lo tanto es de esperar que naturalmente tenga sesgos capitalistas, si el movimiento hubiese sido en un país comunista tendría sesgos comunistas. Nunca un movimiento ciudadano será “neutral”. Otra cosa, intentar volver al movimiento más proletario, en función de que la mayoría de los asistentes era proletario (y desempleado) sería tan injusto como intentar desproletalizarlo.
Yo creo que asegurar que la democracia no es un abstracto interclasista, sino un instrumento de imposición de los intereses de las clases sociales: o bien de la burguesía o bien del proletariado. Es, como menos, peligroso, la democracia debe perseguir ese ideal (nunca alcanzable) de ser un abstracto interclasista. Una democracia que resulte como un instrumento de imposición de quien sea, proletarios o burgueses, no es una democracia, es una pseudodemocracia o una dictadura disfrazada de tal.
En esencia, lo que el movimiento intenta lograr es mantener, todo lo posible, la idea de democracia y de neutralidad para que las minorías y las mayorías y los obreros y los empleadores logren un equilibrio, (algo imposible en la realidad, pero la democracia es en esencia eso, una utopía casi realizable).
Un gran saludo.
Una democracia de verdad no puede ser interclasista, porque si hay clases sociales, es que la explotacion persiste, por tanto, no hay libertad.
ResponderEliminarMuy acertado el comentario Ciro. Lo cierto es que esa contradicciones se dan a diario en todas las acampadas que por la experiencia que yo tengo en la acampada de Castellón el problema es que hay como dos grandes grupos: los que se conforman con parchear el sistema actual y los que queremos un cambio total del sistema. De momento las cosas están equilibradas pero tarde o temprano habrá que decidir en que dirección se quiere ir.
ResponderEliminarEl proximo articulo que voy a publicar habla de ese problema.
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